Welcome to my blog :)

rss

viernes, 16 de noviembre de 2012

PEDRO CLAVER /Yohanna

(Verdú, 1580 - Cartagena de Indias, 1654) Misionero jesuita español que desempeñó una vasta labor evangelizadora en Cartagena de Indias, bautizando y adoctrinando a los esclavos que llegaban de África. Canonizado por la Iglesia en 1888 y patrón de Colombia, es llamado, tal y como él mismo se definió, El apóstol de los negros o El esclavo de los negros.
Hijo de los labradores Pedro Claver y Minguella y Ana Corberó, quedó huérfano de madre a los trece años de edad. Puesta de manifiesto su vocación religiosa, dos años después recibió la tonsura eclesiástica de manos del obispo de Vic en la parroquia de su localidad natal, Verdú. Se trasladó a Barcelona para iniciar estudios de gramática en el Estudio General de la Universidad. A mediados de 1600 o 1601, terminada la retórica, pasó al Colegio Jesuita de Belén para cursar filosofía. Allí decidió ingresar en la Compañía de Jesús, y el 7 de agosto de 1602 entró en el noviciado de Tarragona


San Pedro Claver
Tras hacer los votos, fue enviado a Gerona para ampliar sus estudios de humanidades y luego, el 11 de noviembre de 1605, al colegio de Montesión en Palma de Mallorca para cursar filosofía. Allí trabó gran amistad con el portero Alonso Rodríguez, un anciano hermano lego que le imbuyó la inquietud misional. En 1608 se trasladó a Barcelona para estudiar teología. No pudo terminar los estudios, pues recibió una carta del Provincial, fechada el 23 de enero de 1610, por la que se le concedía el permiso para trasladarse a América, como era su deseo.
Claver viajó hasta Tarragona para unirse a otros religiosos y seguir hacia Valencia y Sevilla, donde otros jesuitas se sumaron al grupo. Embarcó en el galeón San Pedro (perteneciente a la flota mandada por don Jerónimo de Portugal y Córdoba) que zarpó del puerto andaluz en abril del mismo 1610, y arribó a Cartagena. Desde allí Claver y sus compañeros emprendieron el camino a Santa Fe, remontando el río Magdalena y tomando luego el camino de Honda.
Una vez la capital neogranadina se encontró con que no podía seguir los estudios de teología, pues faltaban profesores. Fue asignado al Colegio de la Compañía como coadjutor hasta 1612, cuando la llegada de nuevos religiosos le permitió proseguir dichos estudios. Claver fue enviado luego al noviciado de Tunja para la tercera aprobación, y finalmente al colegio de Cartagena, al que llegó en noviembre de 1615. Se ordenó subdiácono al mes siguiente y en 1616 recibió el diaconado y la ordenación sacerdotal.
El nuevo jesuita fue enviado a ayudar al padre Sandoval, que tenía a su cargo la catequización de los negros. Sandoval tuvo que ir a Lima en 1617 y Claver hubo de ocuparse él solo de todo el trabajo. En 1618 se le unió un jesuita italiano, el padre Carlos de Orta, pero murió al año siguiente; afortunadamente, el padre Sandoval regresó a Cartagena en 1620. El 3 de abril de 1622 hizo Claver su profesión. Al pie de la fórmula de los votos consignó de su puño y letra “Petrus Claver, aethiopum semper servus” (“Pedro Claver, esclavo de los negros para siempre”). Era lo que quería ser y lo que siempre fue.
El padre Claver ejerció su apostolado con total dedicación, siguiendo el procedimiento empleado por el padre Sandoval. Cuando el gobernador le anunciaba la llegada de un barco negrero, trataba de averiguar de qué región procedía su “carga”, con objeto de buscar los intérpretes adecuados para hablar con los esclavos. Los propietarios de esclavos se negaban a suministrarle intérpretes o ponían muchos obstáculos, motivo por el cual el Colegio de Cartagena terminó comprando un grupo de esclavos-intérpretes oriundos de diversas regiones de África para que ayudaran a Claver.
El religioso pasaba con ellos al buque negrero, al que llevaba regalos como naranjas, limones, tabaco, pan o aguardiente. Bajaba a las bodegas y decía a los esclavos que estaba allí para cuidar de que los blancos les trataran bien; les aseguraba que no iban a matarlos, como a menudo creían, y les alentaba a abrazar la fe cristiana, para lo que debían instruirse. Luego preguntaba por los enfermos y los niños nacidos en la travesía, a quienes dedicaba sus cuidados de urgencia.
Cuando le impedían subir al buque negrero, hacía lo mismo en los almacenes donde se hacinaban los esclavos. Claver repetía las visitas varios días, y dedicaba después varias horas a la catequesis por medio de los intérpretes. Esta labor solía hacerla en un patio, ante un cuadro de Jesús crucificado, y terminaba con el acto de contrición. Cuando los catecúmenos estaban bien instruidos procedía a bautizarlos, y luego les entregaba unas medallas de plomo que tenían impresos los nombres de Jesús y María.
El padre Claver cuidaba también de los negros que vivían usualmente en Cartagena y hasta de los de la provincia, a los que dedicaba una misión anual por Pascua. Manifestaba especial preocupación por los enfermos, lisiados e indigentes, a los que hacía objeto de sus desvelos. Diariamente acudía a los dos hospitales de San Sebastián y San Lázaro, donde consolaba y curaba a los internados. En las cárceles atendía no sólo a los negros, sino también a presos diversos, como los protestantes de la isla de Santa Catalina, que procedían de capturas realizadas por las naves españolas. El jesuita terminó por ser respetado por las autoridades cartageneras y por los mismos propietarios de esclavos, que temían verle aparecer. Vivía con extrema austeridad, durmiendo en una esterilla y comiendo frugalmente, y dedicado a sus rezos en los ratos libres.
En 1651 Cartagena fue azotada por una epidemia. El padre Claver contrajo la enfermedad y le quedó como secuela una parálisis progresiva que, sin embargo, no fue obstáculo para que continuase visitando a los leprosos de San Lázaro, adonde se hacía conducir en mula, e incluso a los pocos esclavos que llegaban. A raíz de la independencia de Portugal en 1640 habían disminuido los barcos negreros, pues dicha nación había detentado el asiento. Se produjo entonces un vacío que duró hasta que volvió a organizarse el negocio de la trata. Pese a ello seguían llegando algunos barcos, como una embarcación con carga de esclavos araraes en 1651. Claver se hizo vestir y, ayudado de un bastón, fue al almacén donde se habían almacenado para la venta. Los instruyó durante varios días y bautizó a no pocos.
El 6 de septiembre de 1654 enfermó de gravedad y al día siguiente se le dio la extremaunción. A su muerte, acaecida en la noche del 7 al 8 de septiembre de 1654, numerosos fieles habían ido a visitarle. Tuvo unas solemnes honras fúnebres y fue enterrado en la capilla del Santo Cristo, en la iglesia de la Compañía. El proceso de su beatificación empezó en 1658. En 1747 fue declarado Venerable por Benedicto XIV; fue beatificado en 1851 por Pío IX, y canonizado en 1888 por León XIII. Su fiesta se celebra el 9 de septiembre.

Bartolomé de las Casas / Gema



                    Bartolomé de las Casas

Origen, nacimiento y primeros años

Su padre, Pedro de las Casas, era un comerciante proveniente de una familia francesa de apellido Casaus. Según uno de sus biógrafos, esta familia era de origen judeoconverso, aunque otros afirman que eran cristianos viejos. 
De acuerdo a Antonio de Remesal, quien fue su primer biógrafo, Las Casas nació en Sevilla en 1474, pero las investigaciones de Helen Rand Parish y Harold E. Weidman de 1976, determinaron que la fecha más probable de nacimiento del fraile fue el 11 de noviembre de 1484 en Triana. Siendo niño conoció a los Reyes Católicos y a Cristóbal Colón; pues su padre, Pedro de las Casas, participó en los viajes del almirante. En 1499 tuvo la oportunidad de conocer a un indio que había sido traído por Colón y regalado a su padre como sirviente. Las Casas estudió latín en Salamanca o Sevilla.

Primer viaje a las Indias

El 15 de abril de 1502, siguiendo los pasos de su padre que había participado en el segundo viaje de Colón, llega a La Española. Durante 1503 se dedicó a extraer oro, participando en la campaña de conquista del gobernador Nicolás de Ovando, y bajo las órdenes del capitán Diego Velázquez de Cuéllar en el Cacicazgo de Higüey, por tal motivo recibió una encomienda en la Villa de la Concepción de la Vega, la cual administró hasta 1506. Conoció en el primer viaje a Cristhian Falcon, y ambos se unieron en la lucha que administró hasta morir en 1566; falleció en la presa de los indios.

Viaje a Roma y regreso a La Española

En 1506, viajó de regreso a Sevilla, en donde recibió órdenes sagradas menores al sacerdocio. Durante 1511 escuchó los comentarios del Sermón de adviento de fray Antonio de Montesinos, el cual censuraba la conducta de los colonos al respecto del maltrato de los indígenas: "Yo soy la voz que clama en el desierto...". Se le negó la absolución debido a que en esa época, aún mantenía su repartimiento.




Viaje a Cuba y renuncia a sus repartimientos

A solicitud de Diego Velázquez, en la primavera de 1512 se trasladó a Cuba como capellán del conquistador Pánfilo de Narváez. En 1513, después de la matanza de Caonao, Narváez le cuestionó: "¿Qué parece a vuestra merced destos nuestros españoles qué han hecho?", formulando la pregunta como si el capitán no tuviese que ver con esas acciones. Las Casas le respondió: "Que os ofrezco a vos y a ellos al diablo".Por haber participado en las campañas, recibió un repartimiento junto con Pedro de Rentería, en Jagua, cuyos indios trabajaban en la minería.
Como recompensa por sus acciones durante la conquista de Cuba, en 1514 recibió un nuevo repartimiento de indios en Canarreo, junto al río Arimao (cerca de Cienfuegos). Pero Las Casas tomó conciencia paulatinamente de lo injusto que era el sistema y se convenció de que debía «procurar el remedio de esta gente divinamente ordenado». El 15 de agosto de 1514, día de la Asunción, a la edad de treinta años, pronunció un sermón en Sancti Spíritus durante el cual renunció a sus repartimientos públicamente.

martes, 13 de noviembre de 2012

La Misión / Gema

                                 LA MISIÓN

 Resumen
  
Un misionero jesuita del siglo XVIII, el padre Gabriel, es aceptado por los indios guaraníes y crea la misión de San Carlos, en la jungla tropical sudamericana que está por encima de las cataratas del Iguazú, siguiendo el camino de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y una flauta. A sus acólitos se une Rodrigo de Mendoza, hasta entonces un violento traficante de esclavos, mercenario y asesino, que encuentra su redención entre sus antiguas víctimas, convirtiéndose a su vez en jesuita. Varios años después, como consecuencia del Tratado de Madrid, los jesuitas son convocados ante Altamirano, nombrado por el Papa para decidir sobre el destino de unas misiones que, creadas en un territorio perteneciente a la Corona Española, por una nueva delimitación de fronteras, están ahora bajo dominio portugués. Cuando Altamirano ordena a los guaraníes que abandonen San Carlos, los indios deciden presentar batalla. Gabriel y Mendoza se encuentran entonces ante un terrible dilema: abandonar a los indios en su lucha o quebrantar su voto sagrado de obediencia y no violencia. Al acercarse el estruendo de los mosquetes y cañones europeos, uno eleva su voz orando mientras que el otro decide empuñar su espada.

Objetivos pedagógicos
  • Conocer las contradicciones existentes dentro de la Iglesia católica en el proceso de evangelización de la población indígena de América.
  • Conocer los debates que se produjeron durante el proceso de conquista y colonización sobre la naturaleza de la población indígena de América.

  • Reflexionar sobre el papel de la religiosidad en el proceso de colonización de América.
 Niveles de la lectura y problemáticas
  • Un primer nivel de lectura sitúa el debate sobre la consideración y el trato que merecen los indígenas entre los distintos sectores colonizadores.
  • Un segundo nivel se sitúa alrededor de las distintas posiciones de la Iglesia frente al poder del Estado y frente a la población indígena: entre aquellos que optan por estar con los pobres y aquellos que forman parte del poder y justifican lo que sea necesario para mantenerse en él.

  • Un tercer nivel de lectura pone de manifiesto las distintas posiciones por las que opta este sector de la iglesia identificada con la población indígena una vez estalla claramente el conflicto y se ordena la destrucción de las misiones, dejando a los colonizadores libre acceso a la mano de obra indígena para su beneficio privado. Mientras unos optan por la vía pacífica, otros lo harán por la vía de la resistencia armada. Esto nos sitúa ante un dilema moral que algunos sectores de la iglesia católica se han planteado desde los tiempos de la conquista hasta la actualidad: la legitimidad o no del uso de la violencia por parte de los oprimidos frente a los opresores. La posición del director es claramente favorable a ese sector de la iglesia identificada con la población indígena, pero la película no resuelve este polémica a favor de ninguna de las dos posiciones, en la medida que tanto la una como la otra fracasan en su intento de defenderse de los colonizadores.

  • Un último nivel de lectura de la película plantea la evolución de la población indígena frente a los colonizadores, tanto los misioneros más sensibles a la causa indígena como los otros. A pesar de que la película ofrece una lectura positiva de los jesuitas de las misiones, a partir de aquí puede plantearse la discusión sobre el papel que jugó en su conjunto la Iglesia Católica en el proceso de conquista y colonización de América Latina. Un tema destacado es el proceso de adaptación y relectura de la propia tradición cultural y religiosa de la población indígena frente a la cultura y la religión de los conquistadores.

martes, 6 de noviembre de 2012

Culturas Precolombinas / Gema

                      CULTURAS PRECOLOMBINAS

  * Aztecas

Los pueblos que habitaron una franja que hoy llamamos Centroamérica, se desarrollaron alrededor del 1500 a.C.

   Su evolución hasta el año 100 a.C es considerada como su etapa arcáica. Luego aparecen las llamadas civilizaciones olmecas que duraron alrededor de 600 años, seguidas por la civilizaciones de Teotihuacán, la Tolteca, la Mixteca y por último, la Huasteca cuyos desarrollos van del 300 a. C hasta el 1500 de nuestra era, o sea unos 1800 años.

   Cuando nos referimos al "Imperio" azteca, no designamos una organización centralizada, sino agrupaciones linguísticas y culturales que estudiaremos detalladamente, profundizando en el desarrollo de esta soberbia cultura que floreció en una región de belleza sin par y cuya culminación se puede apreciar en la titánica y armoniosa construcción de Tenochtitlán, la más bella y gran ciudad del mundo, antes de ser conquistada y destruida por los europeos.

   Su arquitectura, su arte, su organización social, su religiosidad, nos muestran un pueblo de gran avanzada en su época.


 * Mayas 

Estaban casi unidos territorialmente con los aztecas
puesto que habitaron en la misma zona que hoy llamamos América Central, pero su cultura era muy diferente de la de sus vecinos. Su comportamiento es difícil de comprender; por un lado, tuvieron logros prácticos y de gran adelanto en su tiempo, como la realización de una soberbia carta de la bóveda celeste
y, por otro lado, no pudieron inventar la rueda. Desarrollaron maravillosamente el cómputo de la numeración, pero no encontraron la forma de pesar una saca de maíz pese a haber creado una moneda, utilizando semillas de cacao para ello.

   Los mayas fueron llamados "los hijos del tiempo", estudiaban obsesivamente el paso del tiempo. Su vida se desarrollaba en ciclos de 52 años cada uno de cuyos días tenía un nombre que sólo se repetía en el siguiente ciclo de 52 años. Cada día era un dios, cada nacimiento iba unido al nombre de ese dios y al significado de ese día; el destino del maya estaba marcado apenas llegaba al mundo.

   La grandiosidad de su arquitectura y su religiosidad eran notables; su obediencia absoluta a su religión llevó a este pueblo de titanes a abandonar sus ciudades de maravillosa arquitectura en manos de sus sacerdotes y a crear nuevos asentamientos, con enorme esfuerzo. Esa extraña conducta es una de las incógnitas de la historia de la humanidad que trataremos de develar en el transcurso de este estudio.



* Incas   
 
Los Incas fueron grandes conquistadores e integraron en su cultura los desarrollos que habían logrado las diversas tribus pre-incas de los vastos territorios que dominaron.

   De los Chimúes tomaron el lujo y el esplendor, de los Chavin, su extraordinaria cultura, sus obras de cerámica, piedra, tejidos y también sus espléndidas construcciones; de Paracas, sus inigualables tejidos que jamás han sido superados. Adoptaron asimismo la cultura de los Mochicas, un pueblo que habitaba la costa y había erigido templos de gran belleza; entre éstos se encuentra el denominado Huaca del Sol, en el valle del Moche, en cuya construcción se emplearon 130.000.000 de adobes secados al sol, lo que nos da una idea aproximada de su organización social y económica. Los Mochicas fundían y trabajaban el oro con gran habilidad y descollaban en la talla de madera.

   En Nazca, encontraron una cultura, llamada Ica-Nazca, cuyo origen se desconoce. Hoy en día sigue intrigando a los investigadores el trazado de unas fabulosas líneas en su meseta desértica; son dibujos de enormes figuras de arañas, ballenas, aves, manos, verdaderas realizaciones surrealistas. ¿Qué significan? ¿Porqué fueron realizadas en esa dimensión? ¿A quién fueron dirigidas? Quizás al Sol, o sea a Inti, dios máximo de su fe religiosa. Muchas líneas apuntan al Sol, en su solsticio de invierno que comienza el 22 de diciembre y en especial cuando éste se encuentra en el punto más austral de la esfera celeste.


                  SITUACIÓN DE LAS CULTURAS  PRECOLOMBINAS


 




        





 

lunes, 5 de noviembre de 2012

CULTURAS PRECOLOMBINAS / Yohanna

AZTECAS:

   Los pueblos que habitaron una franja que hoy llamamos Centroamérica, se desarrollaron alrededor del 1500 a.C.

   Su evolución hasta el año 100 a.C es considerada como su etapa arcáica. Luego aparecen las llamadas civilizaciones olmecas que duraron alrededor de 600 años, seguidas por la civilizaciones de Teotihuacán, la Tolteca, la Mixteca y por último, la Huasteca cuyos desarrollos van del 300 a. C hasta el 1500 de nuestra era, o sea unos 1800 años.

   Cuando nos referimos al "Imperio" azteca, no designamos una organización centralizada, sino agrupaciones linguísticas y culturales que estudiaremos detalladamente, profundizando en el desarrollo de esta soberbia cultura que floreció en una región de belleza sin par y cuya culminación se puede apreciar en la titánica y armoniosa construcción de Tenochtitlán, la más bella y gran ciudad del mundo, antes de ser conquistada y destruida por los europeos.

   Su arquitectura, su arte, su organización social, su religiosidad, nos muestran un pueblo de gran avanzada en su época.



 MAYAS: 

Estaban casi unidos territorialmente con los aztecas
puesto que habitaron en la misma zona que hoy llamamos América Central, pero su cultura era muy diferente de la de sus vecinos. Su comportamiento es difícil de comprender; por un lado, tuvieron logros prácticos y de gran adelanto en su tiempo, como la realización de una soberbia carta de la bóveda celeste
y, por otro lado, no pudieron inventar la rueda. Desarrollaron maravillosamente el cómputo de la numeración, pero no encontraron la forma de pesar una saca de maíz pese a haber creado una moneda, utilizando semillas de cacao para ello.

   Los mayas fueron llamados "los hijos del tiempo", estudiaban obsesivamente el paso del tiempo. Su vida se desarrollaba en ciclos de 52 años cada uno de cuyos días tenía un nombre que sólo se repetía en el siguiente ciclo de 52 años. Cada día era un dios, cada nacimiento iba unido al nombre de ese dios y al significado de ese día; el destino del maya estaba marcado apenas llegaba al mundo.

   La grandiosidad de su arquitectura y su religiosidad eran notables; su obediencia absoluta a su religión llevó a este pueblo de titanes a abandonar sus ciudades de maravillosa arquitectura en manos de sus sacerdotes y a crear nuevos asentamientos, con enorme esfuerzo. Esa extraña conducta es una de las incógnitas de la historia de la humanidad que trataremos de develar en el transcurso de este estudio.

INCAS:

 Los Incas fueron grandes conquistadores e integraron en su cultura los desarrollos que habían logrado las diversas tribus pre-incas de los vastos territorios que dominaron.

   De los Chimúes tomaron el lujo y el esplendor, de los Chavin, su extraordinaria cultura, sus obras de cerámica, piedra, tejidos y también sus espléndidas construcciones; de Paracas, sus inigualables tejidos que jamás han sido superados. Adoptaron asimismo la cultura de los Mochicas, un pueblo que habitaba la costa y había erigido templos de gran belleza; entre éstos se encuentra el denominado Huaca del Sol, en el valle del Moche, en cuya construcción se emplearon 130.000.000 de adobes secados al sol, lo que nos da una idea aproximada de su organización social y económica. Los Mochicas fundían y trabajaban el oro con gran habilidad y descollaban en la talla de madera.

   En Nazca, encontraron una cultura, llamada Ica-Nazca, cuyo origen se desconoce. Hoy en día sigue intrigando a los investigadores el trazado de unas fabulosas líneas en su meseta desértica; son dibujos de enormes figuras de arañas, ballenas, aves, manos, verdaderas realizaciones surrealistas. ¿Qué significan? ¿Porqué fueron realizadas en esa dimensión? ¿A quién fueron dirigidas? Quizás al Sol, o sea a Inti, dios máximo de su fe religiosa. Muchas líneas apuntan al Sol, en su solsticio de invierno que comienza el 22 de diciembre y en especial cuando éste se encuentra en el punto más austral de la esfera celeste.